La devoción a Jesús como la misericordia divina se basa en los escritos de Santa Faustina, una monja polaca que escribió un diario de unas 600 páginas registrando las revelaciones que recibió sobre la misericordia de Dios.
Jesús miró aYo y yo dije: las almas perecían a pesar de mi amarga pasión.Les estoy dando la última esperanza de salvación;es decir, la fiesta de mi misericordia.Si no adoran mi misericordia, perecerán por toda la eternidad.Secretario de mi misericordia, escriba, cuente a las almas sobre esta gran misericordia mía, porque el horrible día, el día de mi justicia, está cerca.(Diario - Divina misericordia en mi alma, 965)